La duración media suele oscilar entre 6 y 9 sesiones. Las primeras sesiones que consisten en analizar cuál o cuáles son los problemas y ver su origen y evolución, suelen ser un poco desconcertante para algunos clientes. Ellos quieren una solución directa a su problema y no entienden porque tienen que contar tantos aspectos de su vida.

En mi caso combino la recogida de información con explicaciones teóricas que puedan ayudar al cliente. Una vez el problema está analizado ya pasamos a aplicar las técnicas pertinentes y a suministrar al cliente la información que pueda necesitar. Y por último comprobar que el cliente ha comprendido su problema y sabrá afrontarlo en un futuro. Lo fundamental es conseguir esta autosuficiencia , y evitar una dependencia emocional hacia el terapeuta.

Practico la terapia cognitivo-conductual que aglutina las mejores prácticas tanto de la orientación conductista como de la cognitiva. De la disciplina conductista aplicamos un análisis funcional de los problemas y vemos como las distintas conductas están relacionadas, además que nos permite realizar programas de modificación de conductas disfuncionales.

La disciplina cognitiva resalta la relación existente entre los pensamientos y creencias y las emociones que provocan. También nos permite aplicar unas técnicas para controlar estos pensamientos nocivos. En resumen sería ver como pensamientos y conductas se relacionan para originar el problema y modificar estos pensamientos y conductas.

Por último indicar que necesitaremos una técnica de control (respiración diafragmática o relajación muscular) que nos permita ganar el tiempo necesario para aplicar el recurso necesario para regular nuestra conducta.

El tratamiento farmacológico consiste en que a través de un fármaco tus síntomas de ansiedad pueden bajar de intensidad y entonces es posible que tú puedas afrontar los problemas que te originan la ansiedad. Pero también es posible que no puedas identificarlos, o aunque los identifiques, solucionarlos. En este caso, la medicación no conseguirá que superes la ansiedad y, en último término, lo que producirá es frustración y una posible dependencia emocional y física.

Los síntomas no son lo prioritario sino que es tu manera de pensar y de vivir lo que te origina la ansiedad y dentro de ella los síntomas que tanto te incapacitan. Será cambiando tu manera de pensar y de actuar, como conseguirás que desaparezca la ansiedad y con ella los síntomas físicos tan desagradables.

En cuanto a qué terapia es mejor los estudios comparativos son dispares. La mayoría opina que la terapia psicológica es mejor. Hay unos pocos que nos dicen que ambos son parecidos en cuanto a resultados.

No hay ningún estudio, que yo conozca, que diga que es mejor la farmacológica. En lo que sí que son concluyentes es que la terapia combinada nunca es mejor que la terapia cognitivo conductual sola. En mi opinión la terapia que debería implementarse por primera vez es la psicológica, no solo porque el índice de éxito puede llegar al 90%, sino porque cuando sufrimos un problema ansioso todas nuestras debilidades salen a la luz, y es el momento de afrontarlas y superarlas.

Siempre les digo a mis clientes que cuando acaben la terapia se conocerán más y serán más fuertes emocionalmente que antes del trastorno ansioso.

En este caso habría que hacer una evaluación psicopedagógica para ver que le ocurre. Es posible que este muchas horas delante del libro, pero debido a sus problemas de atención realmente esté muy pocas y de baja calidad.

También es posible que tenga problemas lecto-escritores que le impidan la comprensión de la información, con lo cual se dedique a memorizarla sin ningún sentido. El creerá que habrá hecho un buen examen, pero posiblemente no haya respondido a lo que le ha preguntado el profesor. Si tuviera una dificultad de aprendizaje grave, habría que ofrecerle un refuerzo externo para poder darle los recursos para poder superarla, y a la vez ayudarle a poder adquirir los contenidos que está aprendiendo.

El colegio debería coordinarse conmigo para que nuestra labor sea más efectiva y posiblemente realizar una adaptación curricular no significativa o de acceso para que su esfuerzo tenga recompensa y no llegue a una total desmotivación debido a haber perdido la confianza aprobar los exámenes.

Cuando sufrimos un brote psicótico no dudamos sobre nuestros pensamientos. Creemos que son verdad. En este caso sólo la medicación puede ayudarte. Existe un trastorno ansioso, que es el Trastorno Obsesivo Compulsivo, que tienes unos pensamientos y creencias que no quieres tener y que te hacen sufrir de una manera extrema.

En este caso es un problema emocional y deberías ir al psicólogo. Por lo que me dices, estás dudando de tus pensamientos, y no quieres tenerlos, luego será un TOC con toda seguridad.

Definimos como depresión exógena o reactiva aquella que se origina fruto de unas situaciones vitales externas que el sujeto no sabe gestionar. La depresión endógena se debe a un fallo orgánico que hace que nos deprimamos independientemente de los acontecimientos externos.

Puedes estar perfectamente y de repente aparece la falta de energía y la negatividad propia de las depresiones. Actualmente existen discrepancias entre los distintos profesionales respecto a esta distinción. En lo que estamos todos de acuerdo es que en los Trastornos Bipolares la causa de su aparición es endógena, necesitando medicación para su superación.

Hay otro componente que me parece fundamental para definir la necesidad de medicación, que es el grado de depresión que se padece. Una depresión leve o moderada no requiere medicación normalmente. Una depresión grave es muy probable que sea necesaria, en función del riesgo vital que comporte.

En mi caso yo cobro por las horas dedicadas. También distingo entre si vamos a juicio o no vamos a juicio. Si no vamos a juicio el precio se reduce sensiblemente. El precio puede oscilar entre 300 a 600 euros.